martes, 30 de enero de 2018

Conciertos de Navidad y Año Nuevo. Violín

Género: Concierto
Local: Auditorio Sony
Profesores pianistas acompañantes:
Vadim Gladkov y Alina Artemyeva

Programa:

Félix Mendelssohn (1809-1847)
I. Allegro molto appassionato

Intérprete: Paula Mejía 

Johannes Brahms (1833-1897)
I. Allegro 
IV. Presto agitato

Intérprete: Desislava Vaskova

Sergei Prokofiev (1891-1953)
I. Andante assai 
II. Allegro brusco

Intérprete: Sara Dragan

Ernst Chausson (1855-1899)
Poema para violín solo y orquesta op 25 (reducción para violín y piano)

Intérprete: Rubén Mendoza González

Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
I. Allegro con spirito 
II. Allegro

Intérprete: Kamran Omarli

Johannes Brahms (1833-1897)
Concierto para violín y orquesta en re mayor op 77 (reducción para violín y piano)
I. Allegro aperto

Intérprete: Kamran Omarli

domingo, 28 de enero de 2018

VOLTAIRE / ROUSSEAU La disputa

Género: Teatro
Local: Teatro Maria Guerrero

Autor: Jean-François Prévand
Director: Josep Maria Flotats
Interpretes: 

Josep Maria Flotats, Voltaire
Pere Ponce, Rousseau

Información adicional:


Un panfleto anónimo acusa a Jean Jacques Rousseau por haber abandonado a sus cinco hijos. Rousseau recurre a Voltaire para averiguar juntos quien es el autor de esta abominación. Esto nos da la oportunidad de asistir a una gran escena doméstica, donde los dos filósofos enfrentan sus ideas acerca de Dios, la igualdad, la educación y el teatro. Dos maneras igualmente generosas pero muy distintas de concebir la sociedad.












viernes, 19 de enero de 2018

Jorge Pardo Quartet: Puro Gatopardo

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Jorge Pardo, saxo y flautas
Albert Sanz, piano
Pablo Martín Caminero, contrabajo
Dani Domínguez, batería

Información adicional:
El talento en la música es una condición reservada para unos pocos privilegiados, que cada vez que se suben a un escenario marcan las distancias entre lo excelente y lo sublime. Uno de los primeros síntomas de ese talento, queda claro, reside en la personalidad artística de su responsable, en la exclusividad de su voz creadora, en su capacidad única para sacudir sentimientos singulares y, al tiempo, reconocibles. En unos instantes comparecerá en esta Sala de Cámara del Auditorio Nacional el saxofonista y flautista madrileño Jorge Pardo (Madrid, 1956), y antes de que lo haga todo el mundo puede imaginar la música que está a punto de escuchar. Hoy toca Jorge Pardo, sí, y con independencia de hacia dónde orille su creatividad —si al flamenco, al jazz, la música electrónica…— todos somos capaces de imaginar su emoción, porque es artista grande, de los que se miran dentro para verse fuera. Y de los que saben que para no decir nada mejor quedarse callados.
A lo largo de su trayectoria ha recibido importantes premios y reconocimientos, pero ninguno de ellos tiene tanto valor como el saberse distinto. Y es desde esa diferencia donde uno descubre su sólida personalidad, su talento impagable, ya sea llevándose al jazz unas bulerías, recreando música hindú en clave electrónica, o tocando un blues por soleá. En todos los escenarios posibles su música acaba siendo perfectamente reconocible, pues siempre suena a Jorge Pardo. Y, diablos, eso es algo que está al alcance de unos pocos. La afirmación no se sostiene entre los márgenes de estos renglones, sino en genios como Camarón, Morente, Paco de Lucía o Chick Corea, por citar algunos de sus compañeros de viaje más universales.
Acude el madrileño con una formación de la que inicialmente se pueden extraer algunas de sus conclusiones más jazzísticas, aunque no se tenga un itinerario preestablecido. Y es que a su lado estarán tres magníficos representantes de nuestro jazz, el pianista valenciano Albert Sanz, el baterista gallego Dani Domínguez y el contrabajista vitoriano Pablo Martín Caminero, este último, también con parte de su corazoncito bombeando flamenco, como el patrón. Es lo que se dice una sección rítmica de auténtico lujo y auténticas garantías, pues individualmente cada uno de los miembros de esta reunión han liderado y lideran proyectos con mucha verdad musical. 
Hacía mucho tiempo que a Jorge Pardo no se le vislumbraba este horizonte más nítidamente jazzístico, presente en sus primeras grabaciones y en formaciones como los dos tríos que ha defendido en este tiempo, el compartido junto a Carles Benavent y Tino di Geraldo, o el liberado junto a Francis Posé y José Vázquez ‘Roper’. Será justa ocasión —con tintes de oportunidad única— de descubrir la sensibilidad de un jazzista de ley que, sí, efectivamente, habla palabras flamencas y de otras mil literaturas musicales, pero todas atravesadas siempre por la flexibilidad y la libertad que confiere el jazz.