viernes, 14 de diciembre de 2018

Conciertos Académicos de Navidad y Año Nuevo. Fagot

Género: Concierto
Local: Auditorio Sony
Profesor pianista acompañante: Juan Barahona Yépez

Programa:

Ferdinand David (1810-1873)

(versión para fagot y piano en si bemol mayor)

Intérprete: Patricia Sánchez Sánchez

Johann Nepomuk Hummel (1778-1837)
Gran concierto para fagot y orquesta en fa mayor 
(reducción para fagot y piano)

Intérprete: Willmer Jesús Torres Martínez

Isang Yun (1917-1995)
Monolog (Monólogo) para fagot solo

Intérprete: Erney Vargas Barboza

Robert Schumann (1810-1856)
I. Sin prisa 
II. Sencillo, íntimo 
III. Sin prisa 
Intérprete: Jesús Viedma Molina

Mikhail Ivanovich Glinka (1804-1857)
I. Allegro moderato

Intérprete: María Bernal Sandoval

Homenaje a Manuel Arellano


miércoles, 12 de diciembre de 2018

Conciertos Académicos de Navidad y Año Nuevo. Trompa

Género: Concierto
Local: Auditorio Sony
Profesor pianista acompañante: Jesús Gómez Madrigal

Programa:

Eugène Bozza (1905-1991)

Intérprete: Antonio Jesús Lasheras Torres

Francis Poulenc (1899-1963)

Intérprete: Rodrigo Costa

Reyngol'd Moritsevich Glier (1875-1956)
Concierto para trompa y orquesta op 91
(reducción para trompa y piano)
I. Allegro

Intérprete: Jessica María Rueda Vasquez

Jean-Michel Defayé (1932)

Intérprete: Marta Isabella Montes Sanz

Camille Saint-Saëns (1835-1921)
I. Allegro moderato 
II. Adagio 
III. Allegro non troppo 

Intérprete: Antonio Jesús Lasheras Torres

Richard Strauss (1864-1949)
I. Allegro moderato 
II. Adagio 
III. Allegro non troppo 

Intérprete: Norberto López García

Antonio Rosetti (1750-1792)
Concierto para dos trompas en mi bemol mayor M.C57

Intérpretes:
Rodrigo Costa
Anaís María Romero Blánquez

domingo, 11 de noviembre de 2018

BOBBY MCFERRIN & GIMME 5: Circlesongs

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Bobby McFerrin, voz
Joey Blake, voz
David Worm, voz
Rhiannon, voz
Judi Vina, voz

Artistas invitados:
Israel Fernández, cante
Joni Jiménez, guitarra

Información adicional:

Bobby McFerrin: una voz con música propia


Es una voz privilegiada con todas las canciones y una autoridad vocal en lo que concierne al jazz. Todas las músicas descubren en el rol del cantante a la figura perfecta para tender puentes entre el escenario y la platea, para ponerle cara a un estilo o una canción, pero en el caso del jazz este desempeño se relativiza, pues la exigencia artística, ya se sabe, se democratiza, repartiéndose armoniosamente las responsabilidades entre todos los componentes de un grupo. Es por ello que a nadie se le escapa que un cantante jazzista es antes jazzista que cantante; pudiera parecer lo mismo, pero no lo es. Bobby McFerrin (Manhattan, 1950) es un claro ejemplo, siendo actualmente uno de los grandes patriarcas y referentes del jazz vocal, que afortunadamente cuenta con generosos y excelentes sucesores.

McFerrin, que adquirió fama jazzística en los All Stars de George Benson y notoriedad musical sin límites con su éxito Don´t Worry be Happy, acude a este auditorio con uno de los formatos que más le gustan: el canto a cappella. Para ello se hace acompañar de algunas de las gargantas que privilegian esa excitante aventura vocal que es Voicestra, de la que extrae de entre sus miembros cantantes con similar poderío vocal que el patrón: Joey Blake, Dave Worm, Rhiannon y Judi Vina. Todos darán justa vida y prolongación al proyecto ‘Circlesongs’, en el que McFerrin explora las emociones vocales del canto sacro, aunque nada en sus actuaciones está asegurado, y tan pronto te descubre una melodía barroca como se adentra en la lujuria del góspel, el blues o el soul. Otro síntoma del buen jazzista que es, este detalle de no tener una hoja de ruta preestablecida.

Para Bobby, “una de las formas más simples y directas de orar y meditar es cantar, y cantar en comunidad es excepcionalmente poderoso”. A la reflexión de este cantante, que en fechas recientes viene de compartir escenarios y proyectos junto a artistas de la talla de Yo-Yo Ma, Chick Corea, Herbie Hancock, Richard Bona o los Yellowjackets, hay que añadir el sortilegio de la improvisación, pues pocas voces como la suya son capaces de enfrentarse sin red al canto libre e imprevisto. Su poderosa técnica ya casi no sorprende a nadie, pues todos los públicos son conocedores de su privilegiada garganta, capaz de sacarle sonidos hasta al silencio. Así pues, la novedad reside en esa actitud artística que le mueve actualmente, y que no es otra que la de remover emociones a partir de nuevos repertorios o temarios menos transitados a lo largo de su fructífera trayectoria.

El jazz vocal interpretado por hombres tiene en McFerrin a una de sus expresiones más reconocibles para el gran público, algo que a veces se le ha recriminado desde ciertos sectores ortodoxos del género. Ya el  mismísimo Miles Davis tenía en su última etapa la obsesión por compartir su verdad con el mayor número de espectadores. Nada que objetar, al contrario: cuando una voz tiene música propia… lo mejor es que impacte en el mayor número de corazones.

Pablo Sanz

domingo, 28 de octubre de 2018

Anthem

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Madeleine Peyroux, voz y guitarra
Aram Bajakian, guitarra y voz
Andy Ezrin, teclados y voz
Paul Frazier, bajo y voz
Graham Hawthorne, batería y voz

Información adicional:



Una cantante de hoy con voces de ayer

Regresa Madeleine Peyroux (Athens, Georgia, 1973) a este auditorio, más sabia, más emocionante. Hace tiempo que la cantante, guitarrista y compositora norteamericana dejó atrás su estatus de artista callejera, cuando en sus inicios se la podía ver compartiendo su canción por unas monedas. O por el roce con la gente a ras de suelo, que nunca se supo qué fue lo que le motivó a lanzarse al asfalto de las ciudades. Igualmente ha pasado de grabar para un sello independiente —pero de fino olfato y mayor verdad musical— como es Rounder, para actualmente ampliar su discografía en una multinacional (Verve/Universal). Y, a pesar de todo, cuando se sube a un escenario siempre se ve a la misma mujer, a la misma artista, lo cual da buen referendo de que lo tiene todo muy claro. Su voz sigue evocando añoranzas vocales de la gran Billie Holiday, mientras que su música sigue apoyándose en un blues heterodoxo y deconstruido que ha conquistado todos los corazones.

Nombre habitual en las programaciones de jazz, Peyroux transmite mucha gestualidad jazzística y en sus últimas entregas ha rentabilizado su sensibilidad compositora. Dos años después de Secular Hymns, disco interesante grabado en una iglesia británica del siglo XII, maneja ahora el repertorio registrado en el álbum Anthem, tema de Leonard Cohen a partir del cual da rienda suelta a ensoñaciones musicales con las que reflexiona de manera filosófica y poética sobre la actualidad socio-política del mundo y su país, con claros señalamientos a la administración Trump. Y, sí, le ha salido una obra densa, profunda, que nos descubre uno de los costados más personales de esta mujer que, de alguna manera, sigue pisando la calle.

El trabajo cuenta con la producción de Larry Klein, cuya labor se nota en un acabado sonoro minucioso y redondo. Ahora Peyroux presenta buena parte de las composiciones acompañada del guitarrista Aram Bajakian, el teclista Andy Ezrin, el bajista Paul Frazier y el baterista Graham Hawthorne, todos ellos doblando en segundas voces y coros. El registro discográfico —el noveno de la artista— incluye doce temas, todos originales menos dos: el mencionado Anthem de Cohen y Liberté, adaptación de un poema de Paul Eluard cantando en francés. Hay pequeñas curiosidades y agradables sorpresas, como una nana en castellano. Sí, Peyroux es una mujer de hoy con armas de ayer, y nadie puede poner en duda su valentía como artista y creadora, cualidades no siempre reconocidas con justicia por ese ruido que generan sus ventas y audiencias millonarias.

Los conciertos de Madeleine Peyroux están marcados siempre por esa presencia constante de la cuerda y raramente se le ha visto sin el respaldo de una segunda guitarra, contando en el disco con Dean Parks y David
Baerwald y, en esta gira, con el intérprete de origen armenio Aram Bajakian. Le sienta bien la cuerda a una voz que vive en el asfalto de blues, su mayor aval musical.

Pablo Sanz

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sábado, 27 de octubre de 2018

OMER AVITAL QANTAR

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Omer Avital,contrabajo
Eden Ladin, piano
Asaf Yuria, saxos tenor y soprano
Alexander Levin, saxo tenor
Ofri Nehemya, batería

Información adicional:

Un contrabajista para mil y una noches de jazz.
No se saben muy bien las razones que sustentan y avalan la fecunda cantera jazzística israelí, actualmente espoleada por musculosos intérpretes, caso del trompetista Avishai Cohen. A esta camada de talento se suma desde hace tiempo el contrabajista Omer Avital (Giv’atayim, 1971), animador desde hace dos décadas, y al igual que otros paisanos suyos, de la siempre efervescente escena neoyorquina. Hay algo en todos estos músicos, también en Avital, que conectan la música folclórica de su tierra con el jazz con una emoción y riqueza melódicas extremas, que convierten sus canciones en creaciones de una belleza sin límites. Y sí, es común también a todos ellos un peregrinaje habitual a la Gran Manzana, que acaba siendo escenario de una formación jazzística técnicamente impecable. Así le ocurrió a este contrabajista cuando a principios de los años noventa desembarcó en la actual capital del jazz, batiéndose el cobre con leyendas del género como los bateristas Roy Haynes, Jimmy Cobb, Al Foster… No es mala escuela para quien quiere y desea ser buen alumno.

Contrabajista total, con mil recursos y sensibilidades, Avital acude con el nuevo temario que ha empaquetado en su disco Qantar (Zamzama Records), repleto de aromas orientales como si de un café de Jerusalén se tratara, nutrido instrumentalmente por un quinteto que viene trabajando estrechamente desde 2016, el que forman Eden Ladin (piano), Asaf Yuria (saxos tenor y soprano), Alexander Levin (saxo tenor) y Ofri Nehemya (batería), amigos todos y residentes en Brooklyn. Se trata de una banda de músicos con una personalidad jazzística poderosa, nutrida desde todos los flancos del bebop, aunque especiada, como ya se ha sugerido, por ese cancionero doméstico y enraizado que se deriva de su origen israelí.

Este Qantar no es sino evolución de una trayectoria discográfica que cuenta con una decena de títulos y que en producciones recientes descubrimos monumentos musicales como los reunidos en New Song, y, singularmente, Suite of The East, un trabajo en el que traducía al jazz músicas de África del Norte y del Medio Oriente (de hecho el disco dio lugar a un super grupo, integrado por Gregory Tardy, Jason Lindner, Daniel Freedman y Nadav Remez). Hay mucha inteligencia en la música de este contrabajista que aquí, en nuestro país, conocemos gracias al OAM Trío, en el que coincidían el pianista Aaron Goldberg y nuestro amado baterista Marc Miralta, que de alguna manera nos puso en su pista. Con Golberg de hecho tiene otro proyecto a tres bandas, el Yes! Trio, en el que la plaza del baterista la asume Ali Jackson.

Otra de las aventuras que le tiene ocupado es el constante apoyo a su saxofonista Asaf Yuria, un intérprete con una sonoridad muy particular, voluminosa y al tiempo etérea, musculosa también cuando se trata de pelearse con los pasajes improvisados. Su participación en este Qantar así lo demostrará. Ante la propuesta de Omer Avital pudiera salir de nuevo la eterna cuestión: ¿el jazz ha muerto? Y la respuesta es clara: no, rotundamente no.

miércoles, 6 de junio de 2018

Conciertos de Primavera: Clarinete

Género: Concierto
Local: Auditorio Sony
Profesora pianista acompañante: Patricia Araúzo

Programa:

Francis Poulenc (1899-1963)
I. Allegro tristamente
II. Romanza
III. Allegro con fuoco

Intérprete: Seungju Mun

Johannes Brahms (1833-1897)
II. Allegro appassionato
III. Andante con moto-Allegro

Intérprete: José Viana

Jean Françaix (1912-1997)

Intérprete: Natacha Correa

Claude Debussy (1862-1918)

Intérprete: Ferran Arbona

Bruno Mantovani (1974)

Intérprete: José Pinto

Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
III. Rondó: Allegro

Intérprete: Ángel Martín

viernes, 1 de junio de 2018

Thomas Quasthoff Quartet: My Favourite Things

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Thomas Quasthoff,  voz
Frank Chastenier, piano
Dieter Ilg, contrabajo
Wolfgang Haffner, batería

Información adicional:


Thomas Quasthoff (1959) siempre se mueve con la misma emoción vocal, con independencia de los repertorios que atienda. Ya sea un oratorio o un clásico de jazz, la privilegiada garganta del aclamado barítono alumbra la felicidad en cada uno de sus proyectos, pues se apoya tanto en el estudio, el trabajo y el esfuerzo como en la capacidad para traducir los sentimientos. Viene siendo habitual que Quasthoff sea protagonista en este ciclo fronterizo, pues ciertamente en él habitúan muchas sensibilidades musicales. Igualmente, y así ha sucedido, encaja con inusual perfección en el hermano ciclo de Jazz en el Auditorio del CNDM, gracias a la polivalencia de su talento vocal y a su instinto para entender y vivir por dentro el sortilegio jazzístico. El romance con esta música le viene de largo, pero fue hace una década cuando se hizo más universal, gracias a la publicación en el sello Deutsche Grammophon del disco Watch What Happens: The Jazz Album (2007), donde salía felizmente airoso en sus recreaciones de estándares de Gershwin, Ellington, Rodgers & Hart, Johnny Mercer… Llegado a este punto, se hace evidente pero es justo subrayarlo, no es su capacidad para liberar este tipo de repertorios, sino su autoridad para hacerlos suyos, que es algo muy jazzístico por otra parte.

Se presenta ahora con un lote de canciones arropadas todas bajo un título ‘clasiquísimo’ en la historia del jazz, My Favourite Things, en alusiones a la obra de Hammerstein & Rodgers, pero que también sirvió de nombre para el disco homónimo de John Coltrane de 1960, que lo elevó a los altares de los mejores jazzistas de aquel y… este tiempo. El cantante viene acompañado de una sección rítmica de mucha profundidad, la que capitanea el pianista Frank Chastenier y luego secundan con similares avales jazzísticos el contrabajista Dieter Ilg y el baterista Wolfgang Haffner. Quasthoff viene trabajando con este trío desde entonces y en el camino podemos descubrir otros registros con iguales querencias musicales, como el disco Tell It Like It Is que publicaran tres años después, en 2010, o Nice’n’easy, un álbum en el que se suma la NDR Big Band, y cuenta con otros colaboradores cómplices como el trompetista Till Brönner; este último título, donde se incluyen versiones de Stardust, Cry Me a River, Some Enchanted Evening o Imagine, es un refrendo más de la necesidad imperiosa que tiene este cantante por abordar otras culturas, otros paisajes sonoros, y de hacerlo con la verdad por delante.

Hace unos años Quasthoff anunciaba que se retiraba de los escenarios, que tras casi 40 años lo dejaba. Y así lo parecía, que pudiera dejar la música, pero no contaba el cantante con que la música no le abandonase. A veces uno no se da cuenta del poder de la música, hasta que llega la noche y el silencio, y todo es vértigo, miedo y sombra. Y Thomas Quasthoff siempre quiso vivir en la luz, en la luz de su mágica y misteriosa voz.


domingo, 27 de mayo de 2018

El burlador de Sevilla

Género: Teatro
Local: Teatro de la Comedia
Autor: Tirso de Molina

Versión: Borja Ortiz de Gondra
Dirección:  Josep Maria Mestres
Interpretes:

Isabela Elvira Cuadrupani
Don Juan Raúl Prieto
Rey de Nápoles / Fabio Ricardo Reguera
Don Pedro / Rey de Castilla  Pedro Miguel Martínez
Ripio / Anfriso  Samuel Viyuela González
Duque Octavio  Egoitz Sánchez
Tisbea  Mamen Camacho
Catalinón Pepe Viyuela
Don Gonzalo  Paco Lahoz
Doña Ana / Constanza / Belisa Irene Serrano
Don Diego Juan Calot
Marqués de la Mota  Ángel Pardo
Batricio José Juan Rodríguez
Aminta Lara Grube
Gaseno José Ramón Iglesias

Información adicional:
[…] y el mayor
gusto que en mi puede haber es burlar una mujer
y dejarla sin honor.
[El burlador de Sevilla (jornada segunda). Don Juan]

Toda la simpatía que podía despertarnos el personaje se desvanece en el momento en que pronuncia estos versos. Ahí es cuando caemos en la cuenta: estamos ante un psicópata. Para don Juan la seducción es un acto de crueldad.

Con todos los defectos y bajezas morales que imaginar pudiera, Tirso de Molina creó, hace casi cuatrocientos años, uno de los personajes literarios más famosos de todos los tiempos: Don Juan. Transgresor de todas las leyes humanas y divinas, instalado en la búsqueda del hedonismo más egoísta y desenfrenado, seductor en grado extremo. Un «antisistema» avant la lettre. Pero no olvidemos que, aunque desprecie las jerarquías, el burlador ejerce su «contestación» desde una elevada posición social. 

Es cierto que el ejemplarizante castigo final que le depara el autor, hoy nos deja más bien fríos. Somos bastante menos crédulos que los espectadores a los que iba dirigida la obra en la fecha de su estreno, y nos cuesta quedarnos satisfechos con la promesa de que los malos serán sometidos a la justicia divina y a una merecida condenación eterna. Tendríamos más que suficiente con que los condenara la justicia humana. Pero, como no siempre es así, nos queda el consuelo de la justicia poética. Nos queda Tirso y la historia de su Burlador: un hombre que quiso ser Dios y acabó en el infierno. 

El burlador de Sevilla, despojado de su aura mítica, se nos aparece hoy como un personaje que resiste con fuerza una mirada contemporánea. Aunque la crueldad y la falta de empatía para con sus víctimas no causen un profundo rechazo, pese a que percibimos su nula sensibilidad para calibrar los daños colaterales de sus actos, quizás podamos llegar a comprender los motivos de su desazón, su inquebrantable rebeldía, su rotunda negativa a aceptar ningún tipo de límite. Lejos de reconfortarnos, la peripecia de don Juan nos resulta hoy inquietante, nos intranquiliza. Y esta es su valiosa utilidad.

El resto de los personajes, sean nobles, villanos o campesinos, a menudo también manifiestan una altura moral bastante dudosa. Nadie está libre de contradicciones éticas. Los afilados dardos de Tirso apuntan en todas las direcciones: el abuso de poder y la prevaricación son usuales en la corte, pero también los aldeanos se mueven por bajos intereses. Hay que destacar también que las mujeres del burlador de Tirso son de una modernidad radical para su época. Son activas, desean, toman decisiones…, denuncian a su agresor (el me too no queda tan lejos). A través de ellas el autor nos descubre prejuicios, convicciones y comportamientos machistas seculares. Arrancarlos de raíz es ya nuestra labor.

Por todo esto nos sigue interesando El burlador de Sevilla. Y porque hay tanta poesía, tanta belleza, tanta magia, tanto sentido del humos, tanta teatralidad en el cuento de Tirso que no nos cansamos de escucharlo. Quizás sí siga siendo un mito...

(Josep María Mestres)














ficha didáctica

domingo, 29 de abril de 2018

El concierto de San Ovidio

Género: Teatro
Local: Teatro Maria Guerrero

Autor: Antonio Buero Vallejo
Director: Mario Gas
Interpretes: 

José Luis Alcobendas, Valindin 
Lucía Barrado, Adriana 
Jesús Berenguer, Ireneo Bernier 
Mariana Cordero, Priora de los Quince Veintes 
Pablo Duque, Dubois / Violinista 
Javivi Gil Valle, Nazario 
Nuria García Ruiz, Sor Lucía / Catalina 
José Hervás, Jerónimo Lefranc 
Alberto Iglesias, David 
Lander Iglesias, Gilberto 
Ricardo Moya, Lucas 
Aleix Peña, Donato 
Agus Ruiz, Elías 
Germán Torres, Latouche 

Información adicional:


Desarrollada en un hospicio del París de 1771, El Hospital de los Quince Veintes, Valindin, un negociante, consigue que la monja que regenta la institución permita que, a cambio de doscientas libras, seis mendigos ciegos que allí se acogen puedan tocar instrumentos musicales en la inminente fiesta de San Ovidio. Al contrario de lo que los pobres ciegos se piensan, Valindin no es su salvador, sino un mangante que lo único que busca es aprovecharse de su condición de ciegos para ridiculizarlos y sacar beneficio económico de la situación. El concierto de San Ovidio viene a replantear el tema de la ceguera, ahora en circunstancias distintas de las de En la ardiente oscuridad. Por otra parte, sitúa el tema social en un plano que hasta ese momento Buero Vallejo no había abordado explícitamente: el de la lucha de clases.















jueves, 26 de abril de 2018

Conciertos de Pascua: Violín

Género: Concierto
Local: Auditorio Sony
Profesora pianista acompañante: Alina Artemyeva

Programa:

Ludwig van Beethoven (1770-1827)
I. Adagio sostenuto — Presto

Intérprete: Óscar Aguilar Mas, Violín

Pablo Sarasate (1844-1908)

Intérprete: Cristina Cubas Hondal, Violín

Niccolò Paganini (1782-1840)

Intérprete: João Marinho Carvalho Matos, Violín

Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
I. Allegro aperto

Intérprete: Sara Areal Martínez, Violín

César Franck (1822-1890)
I. Allegretto ben moderato 
II. Allegro

Intérprete: Mon Fu Lee Hsu, Violín

César Franck (1822-1890)
III. Recitativo-Fantasia: Ben moderato 
IV. Allegretto poco mosso

Intérprete: Roxana Wisniewska Zabek, Violín

Ciclo Preludio

Género: Concierto
Local: Auditorio Sony

Programa:

Wolfgang A. Mozart (1756-1791)
 I. Allegro
 II. Tempo di minuetto

Ottorino Respighi (1879-1936)
 I. Moderato
 II. Andante espressivo

Pablo de Sarasate (1844-1908)

Javier Comesaña, violín
Ricardo Ali Álvarez, piano


Philippe Gaubert (1879-1941)

Henri Dutilleux (1916-2013)
 I. Allegro
II. Andante
III. Animé

Vinicius Lira, flauta
Luis Arias, piano


Richard Wagner (1813-1883)
De la ópera “Tannhäuser” Acto III  

Charles Gounod (1818-1893)
De la ópera “Faust” Acto II  

Maurice Ravel (1875-1937)
De “Don Quijote a Dulcinea”

Vincenzo Bellini (1801-1835)
De la ópera " I Puritani” Acto I

Gioachino Rossini (1792-1868)
De la ópera “Il Barbiere di Siviglia” Acto I

Germán Alcántara, barítono
Duncan Gifford, piano