sábado, 16 de febrero de 2019

Moisés P. Sánchez Project

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Moisés P. Sánchez, piano
Cristina Mora, voz y teclado
Miron Rafajlovic, trompeta, percusión y guitarra
Toño Miguel, contrabajo
Borja Barrueta, batería y lap-steel

Información adicional:

Palabra y locura de Moisés
Sin saberlo ni casi pretenderlo, Moisés P. Sánchez se ha convertido en reflejo sublimado de lo que nuestro jazz puede ofrecer: el eco de un pensamiento musical con ideas propias y que va, desde luego, mucho más allá del manido jazz-flamenco. A este joven pianista madrileño no lo asaltan las prisas y su caminar se sucede paso a paso, sin más pretensiones que las de buscarse a sí mismo, descubrir su propio sitio en el mundo. Y ahí anda, preguntándose por dentro, haciéndose mayor, trabajando sobre todas las inquietudes musicales que lo mueven. Ahora se planta en este auditorio con toda su autoridad jazzística, cocinada —se insiste— a fuego lento, un borboteo de ideas que hierven en todas las músicas que le golpean, desde las que le llegan desde la cultura barroca a las más cercanas de la cultura latina. El talento no le viene ni por su impecable expresión ni siquiera por este concepto transversal y panorámico de la música, sino por la naturalidad y personalidad con la que hace todo. De este chico, si hubiera nacido en Nueva York, ya se estaría hablando de él como «un nuevo Brad Mehldau», pero ni lo necesita ni lo desea: como buen jazzista él quiere ser él mismo.

El pianista acude a este ciclo de jazz como uno de los líderes más reconocibles e incontestados de nuestra escena, y como uno de los creadores más excitantes del momento. A su cuarteto habitual suma en su visita al siempre estimulante trompetista Miron Rafajlovic´, que amplía la alineación a un quinteto que luego completan músicos cómplices como la cantante Cristina Mora, el contrabajista Toño Miguel y el baterista Borja Barrueta. Con ellos Moisés nos adelantará los temas de su nuevo disco, There’s always madness (Siempre nos quedará la locura), que publicará después del verano, y que vuelve a ser compendio de todos los pianos y todas las músicas que habitan en su teclado, y que tan pronto evocan esencias de Monk como de Glenn Gould. También realizará algún guiño a alguna de sus composiciones pretéritas más elogiadas de su ya fecundo y necesario catálogo, pero la ocasión se viste de gala ante el preestreno de sus nuevas composiciones.

Los conciertos de Moisés se cuentan como acontecimientos y, en la retina del pianista, hoy se recuerdan con emoción viva algunos de sus proyectos más ambiciosos y, a la postre, más exitosos, como sus recreaciones en torno a La consagración de la primavera, de Stravinski, y Bernstein is ‘on town again’, con motivo de la conmemoración el año pasado del centenario del nacimiento del genial compositor y director de orquesta norteamericano; ambas son obras mayores, con una profundidad musical sin precedentes en el recuerdo de tan magnos legados compositivos.

Llega, pues, Moisés, para abrirle las aguas a todos los mares del jazz, con la honestidad, generosidad y humildad de siempre; con la certeza inquebrantable de que al final de la noche nos quedará una emoción única y ya eterna.

Pablo Sanz