domingo, 11 de noviembre de 2018

BOBBY MCFERRIN & GIMME 5: Circlesongs

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional

Interpretes: 
Bobby McFerrin, voz
Joey Blake, voz
David Worm, voz
Rhiannon, voz
Judi Vina, voz

Artistas invitados:
Israel Fernández, cante
Joni Jiménez, guitarra

Información adicional:

Bobby McFerrin: una voz con música propia


Es una voz privilegiada con todas las canciones y una autoridad vocal en lo que concierne al jazz. Todas las músicas descubren en el rol del cantante a la figura perfecta para tender puentes entre el escenario y la platea, para ponerle cara a un estilo o una canción, pero en el caso del jazz este desempeño se relativiza, pues la exigencia artística, ya se sabe, se democratiza, repartiéndose armoniosamente las responsabilidades entre todos los componentes de un grupo. Es por ello que a nadie se le escapa que un cantante jazzista es antes jazzista que cantante; pudiera parecer lo mismo, pero no lo es. Bobby McFerrin (Manhattan, 1950) es un claro ejemplo, siendo actualmente uno de los grandes patriarcas y referentes del jazz vocal, que afortunadamente cuenta con generosos y excelentes sucesores.

McFerrin, que adquirió fama jazzística en los All Stars de George Benson y notoriedad musical sin límites con su éxito Don´t Worry be Happy, acude a este auditorio con uno de los formatos que más le gustan: el canto a cappella. Para ello se hace acompañar de algunas de las gargantas que privilegian esa excitante aventura vocal que es Voicestra, de la que extrae de entre sus miembros cantantes con similar poderío vocal que el patrón: Joey Blake, Dave Worm, Rhiannon y Judi Vina. Todos darán justa vida y prolongación al proyecto ‘Circlesongs’, en el que McFerrin explora las emociones vocales del canto sacro, aunque nada en sus actuaciones está asegurado, y tan pronto te descubre una melodía barroca como se adentra en la lujuria del góspel, el blues o el soul. Otro síntoma del buen jazzista que es, este detalle de no tener una hoja de ruta preestablecida.

Para Bobby, “una de las formas más simples y directas de orar y meditar es cantar, y cantar en comunidad es excepcionalmente poderoso”. A la reflexión de este cantante, que en fechas recientes viene de compartir escenarios y proyectos junto a artistas de la talla de Yo-Yo Ma, Chick Corea, Herbie Hancock, Richard Bona o los Yellowjackets, hay que añadir el sortilegio de la improvisación, pues pocas voces como la suya son capaces de enfrentarse sin red al canto libre e imprevisto. Su poderosa técnica ya casi no sorprende a nadie, pues todos los públicos son conocedores de su privilegiada garganta, capaz de sacarle sonidos hasta al silencio. Así pues, la novedad reside en esa actitud artística que le mueve actualmente, y que no es otra que la de remover emociones a partir de nuevos repertorios o temarios menos transitados a lo largo de su fructífera trayectoria.

El jazz vocal interpretado por hombres tiene en McFerrin a una de sus expresiones más reconocibles para el gran público, algo que a veces se le ha recriminado desde ciertos sectores ortodoxos del género. Ya el  mismísimo Miles Davis tenía en su última etapa la obsesión por compartir su verdad con el mayor número de espectadores. Nada que objetar, al contrario: cuando una voz tiene música propia… lo mejor es que impacte en el mayor número de corazones.

Pablo Sanz