La ratonera

Género: Teatro

Local: Reina Victoria
Autor: Agatha Christie
Director: Victor Conde
Interpretes: Maria Castro, Leandro Rivera, Guillermo Muñoz, Maribel Ripoll

Información adicional:

La historia transcurre en los años 50 en una mansión heredada por el joven y reciente matrimonio formado por Mollie Aristón y Giles Ralston.

La pareja decide transformar el caserón en un hostal apacible que sirva de descanso y meditación para todos aquellos que deseen hospedarse y alejarse de la ciudad. Los inquilinos  no se hacen esperar y empiezan a llegar a la mansión. Primero aparece un joven llamado Christopher Wren, un tanto excéntrico, hiperactivo, con gusto por la cocina, que despertará celos en el joven marido.

La señora Boyle es la siguiente en instalarse, una mujer entrada en años de carácter agrio e hiriente que constantemente critica las instalaciones y el escaso servicio doméstico del que disponen en la casa, así como la poca experiencia que muestran sus propietarios en la dirección y organización de un hotel. Laseñorita Cassewell es otra de las huéspedes, pretende hospedarse de forma indefinida ya que tiene “asuntos” muy importantes que resolver en aquel pueblo, además de ser fría y distante con el resto de los inquilinos, no da ninguna referencia de su pasado ni de qué busca realmente allí.

Aparentemente solo queda una persona más por acomodarse en la mansión, un coronel del ejército retirado que desea pasar unos días de descanso alejado de Londres. Sin embargo, ante la atónita mirada de Mollie y la sorpresa de la señora Boyle que ya estaba preocupada por la eficiencia del servicio con tantos ocupantes ese fin de semana, aparece el señor Paraviccini, un extranjero misterioso, lleno de incógnitas, que llega a la casa por mera casualidad, tras estrellarse su coche por la espesa nieve o al menos eso es lo que él afirma.

En el pueblo ha aparecido el cadáver de una mujer, descubriéndose cerca de la escena del crimen un cuaderno con la dirección de la víctima y del Hostal de los Ralston, por eso los visitantes y propietarios de aquel lugar se convierten en sospechosos de un nuevo asesinato que aún no se ha cometido pero que, según un policía destinado a la mansión para investigar el suceso y asegurar la integridad de todos ellos, no tardará en producirse.

Con la llegada del policía se instala en la casa una desconfianza palpable, nadie se fía de nadie, nadie habla de más, comienzan a surgir enfrentamientos ente el “perfecto” matrimonio enamorado que se cuestiona el conocimiento mutuo de sus respectivas vidas… Los interrogatorios a los sospechosos son continuos, contradicciones, robos, coartadas que no encajan, pequeños detalles que a lo largo de la obra nos llevarán hasta el asesino o asesina.