viernes, 21 de marzo de 2014

The Bad Plus


Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional (Sala de Cámara)
Interpretes: 

Ethan Iverson, piano 
Reid Anderson, contrabajo 
Dave King, percusión

Información adicional:




Muy al contrario de las reflexiones que suscita su irreverente nombre, the Bad Plus se ha convertido en una de las bandas más excitantes e imaginativas del último jazz. Frente a la alineación ortodoxa de piano, contrabajo y batería, Ethan Iverson, Reid Anderson y Dave King apuestan por el sonido y el lenguaje más heterodoxo del género. al igual que otros triángulos creativos con semejante perfil conceptual y estético, caso de los celebrados Medeski, Martin & Wood, the Bad Plus afronta su discurso artístico desde el conocimiento profundo del jazz y la modernidad emocional que les aportan otros estilos inherentes a su generación. así, junto al ardor del bebop o el desgarro del free jazz, ellos no pueden por menos que añadir estructuras musicales propias del pop más sofisticado y el rock más experimental.

Aunque el proyecto the Bad Plus tiene fijadas sus raíces desde comienzos de los noventa, no fue hasta el umbral de la pasada década cuando el trío ha adquirido justa estabilidad y merecido reconocimiento. Sus miembros venían de emplearse a fondo en sus respectivas carreras en solitario; Anderson como líder de sus propios proyectos discográficos para sellos como Fresh Sound, King como escolta de otras bandas como Happy Apple o 12 Rods e Iverson como director del neoyorquino Mark Morris Dance Group. No obstante, no fue efectivamente hasta su sorprendente y explosivo saludo discográfico —el homónimo The Bad Plus (2001)—, cuando el trío consiguiera hacerse un hueco en la primera división del género.

A este ciclo de jazz del CNDM acuden con el material reciente de su disco Made Possible, en el que, gracias a una mayor querencia por melodías y sonoridades minimalistas, se acercan más a otro de los grandes tríos de la modernidad jazzística, el que capitaneaba el pianista Esbjörn Svensson. Esta constante libertad ética y estética nos la explican ellos a su manera: “en jazz siempre se han usado otros estilos musicales para sus propios propósitos. Lo verdaderamente importante es que los músicos sean honestos consigo mismos cuando se acercan a otras culturas, desde el respeto, sí, pero interpretándola como a ellos les plazca, sin sentirse obligados a nada. Hay gente que quiere congelar el desarrollo del jazz y que solo sea de una única manera, pero nosotros no. a nosotros nos gusta estar en medio de todo y tocar lo que sentimos, por eso tampoco nos importa en qué categoría se nos ubique”.

En su catálogo discográfico cuentan con otros títulos destacados, caso de Give, Suspicious Activity o Never Stop. “La presencia del rock u otros estilos contemporáneos en nuestra música no debería sorprender a nadie. Lo que hacemos sencillamente es traducir esas influencias de nuestro tiempo al idioma del jazz, improvisando sobre ellas y dejándonos llevar”. A menudo sus elaboraciones son la consecuencia de una deconstrucción musical en la que todos los elementos en juego son puestos bajo sospecha, para alcanzar un estadio artístico en el que solo queden esencias. Asimismo, al trío se le ha visto recientemente en una aventura jazzística de mucha sustancia, la que compartieron junto a ese saxofonista monumental que es Joshua Redman. Y es que estos chicos se atreven con todo, que para eso son los malotes del barrio.

sitio web
video "And Here We Test Our Powers of Observation"
video Village Vanguard Live 

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