miércoles, 5 de noviembre de 2014

Hello Bluebird: Celebrating the Jazz of Judy Garland

Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional (Sala de Cámara)
Interpretes: 

Jane Monheit, voz
Michael Kanan, piano 
Neal Miner, contrabajo
Rick Montalbano, batería

Informacion adicional:

Jane Monheit tiene el honroso título de plantarle cara a otras damas actuales de la canción jazzística como Diana Krall o Madeleine Peyroux, gracias a una combinación de músicas que le han valido el reconocimiento tanto de los públicos más ortodoxos como el de los más heterodoxos. La fórmula de su éxito puede decirse que reside, a pesar de esta variedad de planteamientos estéticos, en un constante respeto por la tradición del jazz vocal, independientemente de que su garganta libere palabras de pop o fraseos latinos.

La industria del jazz tiene la mirada perdida en el horizonte, en vez de mirarse hoy y adentro. Anda buscando soluciones de éxito rápido y fácil, arrojándose a una carrera comercial donde las cantantes, nunca mejor dicho, llevan la voz cantante. Al frente de este nuevo movimiento todo el mundo puede recordar nombres como Diana Krall, Michael Bublé, Jamie Cullum, o Madeleyne Peyroux, por citar algunos de los casos más lustrosos, que están provocando uno de los mayores aluviones cantantes que ha experimentado el jazz en toda su historia. Muchas veces, y hasta alguno de los ejemplos citados, estas voces se nos presentan huecas, sin palabras en la garganta y, lo que es peor, sin emociones en el corazón. Son artistas que no se han parado a pensar si lo que cantan y cuentan interesa, si su apuesta está hecha sobre la experiencia o si su aliento creativo es verdadero.

Frente a esta generación de voces sin aire hay otros músicos que viven al día, trabajan en los estudios de grabación, se rozan con otros compañeros y se fijan el reto de la superación. La cantante estadounidense Jane Monheit (Oakdale, Nueva York, 1977) anda en ello y no tiene prisa, aunque a veces lo parezca, por esa mencionada tendencia a encumbrar las voces de nuestro tiempo. Su primer disco, Never Never Land (N-Coded Music, 2000) fue elegido mejor álbum de debut por la Asociación de Críticos de Jazz, lo cual ya es punto de partida al resto de sus compañeras cantantes. En este tiempo ha publicado nueve discos como líder, el último, The Heart of the Matter (Decca, 2013), coincidiendo con el nacimiento de su hijo Jack y sus 30 años de trayectoria. Hay en su voz texturas de todo tipo, que arropa junto al pianista Michael Kanan, el contrabajista Neal Miner y su marido, el baterista Rick Montalbano, con quienes también comparecía en su disco de 2009 The Lovers, the Dreamers and Me. Monheit, no obstante, anda recorriendo el mundo para mayor gloria de una de sus artistas más admiradas, Judy Garland, a la que rinde explícito homenaje en el espectáculo Hello Bluebird: Celebrating the Jazz of Judy Garland, en el que recrea temas inmortales como You gotta have me go with you, I wish I were in love again, Over the rainbow o Hello bluebird.

Afirma la chica que se enfrenta a un momento de paz interior, seguramente amplificado por el nacimiento de ese hijo: “Todo lo que estoy cantando ahora es un reflejo de mi verdadera forma de ser. Después de todo este tiempo en la industria, después de trece años de giras, es tiempo de ser simplemente yo, con completa y total libertad”. Más allá de su emoción interior, de lo que se deducen
de estas palabras es que Monheit sabe nadar y guardar la ropa, detenerse y tomar aliento, y no lanzarse a esa carrera frenética, que por mucha velocidad que alcances nunca llegas a ninguna parte.
Desde sus inicios, allá cuando sorprendió como finalista en la categoría vocal de la Thelonious Monk Jazz Competition, Jane Monheit se ha sabido rodear de músicos auténticos, desde el poético Tom Harrell al enérgico Terence Blanchard o el vanguardista Fred Hersch. Lo de menos son ese par de nominaciones que cuenta en la reciente convocatoria de los premios Grammy, aunque el apunte da
prueba de su capacidad para emprender toda suerte de aventuras mayores. No obstante, su jazz vocal, que es puro soplo de elegancia y lirismo, no tiene prisa, porque, una vez más, sabe que en el camino está lo mejor.


sitio web
video

No hay comentarios:

Publicar un comentario