viernes, 7 de febrero de 2014

TIGRAN


Género: Jazz
Local: Auditorio Nacional (Sala de Cámara)
Interpretes: 

Tigran, piano 
Sam Minaie, bajo 
Charles Altura, guitarra 
Arthur Hnatek, batería

Información adicional:

El jazz hoy se cuenta desde todos los rincones y con todos los sonidos. Lo importante es que sus autores e intérpretes lo busquen con ganas de reinventarlo, de descubrirlo cada día, de negarlo un instante y afirmarlo un momento después. La creación en marcha y en movimiento ha sido una constante en su definición, de ahí que el pálpito improvisado sea siempre su principal punto de apoyo. El joven pianista Tigran Hamasyan hace jazz con folclore de su primera tierra, Armenia, y el dato se queda en hecho circunstancial, porque lo que al final a uno le llega es un aliento musical que quiere ser nuevo y distinto, libre, inédito. Él improvisa fuera de los cánones académicos del jazz, pero ello no le niega como el gran creador jazzístico que es.
Tigran Hamasyan (Gyumri, Armenia, 1987) acude a este ciclo con un repertorio de canciones folclóricas que ha registrado en un disco de belleza extraña y singular, Shadow Theater, de inminente publicación en el catálogo internacional de Universal. Hace unos meses lo presentaba en París rodeado de sus más fieles colaboradores, la cantante Areni Agbabian, el saxofonista
Ben Wendell, el contrabajista Chris Tordini y el baterista Nate Wood, con quienes recogió encendidos aplausos por tanta vida regalada. Tigran toca melodías de belleza imposible, que crecen en suelo armenio, pero que se liberan en calles jazzísticas estadounidenses. El chico sabe mucho de Ellington y Monk, ahí está su piano solo A Fable (2011), pero quiere ser él mismo y qué mejor manera que mirarse dentro. Luego, audacia compositora y pianística al margen, Tigran canta más que bien, y sus silbidos apoyando sus fraseos son pura emoción sonora. También acompañan su inspiración efectos programados con ordenador, así como echa mano a veces de los fríos teclados, que en su caso son llamas hímnicas y abrasadoras. Si la música de Tigran no te toca, cuidado, háztelo mirar…
A Tigran todos le conocimos en 2006, año en el que con tan solo 19 años gana el primer premio de la prestigiosa Thelonious Monk Piano Competition (del mismo modo, ese año obtiene el segundo puesto en la igualmente reputada Martial Solal Jazz Piano Competition). La aparente precocidad del pianista se contradice si se recuerda que a los tres años ya intentaba tocar melodías de canciones clásicas de los Beatles, Louis Armstrong, Led Zeppelin, Deep Purple o Queen; vamos, que a los 19 añetes ya era un ciudadano con mayoría de edad musical. Su decantación definitiva por el jazz llegaría al cumplir los diez años, tras escuchar a Miles Davis y estudiar con el maestro Vahag Hayrapetyan, quien a su vez había sido alumno del venerable pianista Barry Harris.
El importante galardón monkiano se traduce en discos como World Passion (2006), New Era (2007) o Aratta Rebirth (2008), hasta situarse en la órbita de la multinacional Universal, donde hasta el momento tiene registrados los álbumes A Fable y Shadow Theater, más los registros Road Song y The Poet.
Hay momentos pianísticos de Tigran que parecen salidos de una caja de música, caricias sonoras que despiertan en la audiencia sentimientos de que una vida mejor es posible. Luego, una descarga de bebop y trallazos improvisados nos recuerdan el corazón jazzístico de este tigre de Armenia, que bien pudiera firmar esa lucha contra la oscuridad que hoy día nos rodea. Y es que todo en Tigran es luz.

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