Local: Auditorio Nacional
Interpretes:
Chick Corea (piano y teclados)
Steve Gadd (batería)
Lionel Loueke (guitarras)
Carlitos del Puerto (contrabajo y bajo eléctrico)
Luisito Quintero (percusiones)
Steve Wilson (saxo y flauta)
Información adicional:
Se anuncia este concierto como debe, esto es, llevando a los dos principales nombres de la propuesta musical que presenta: Chick Corea y Steve Gadd. El apunte se antoja necesario, pues habrá mucha gente que sólo tenga en la retina de su memoria el nombre del venerable pianista de origen italiano, no dando justa dimensión a un baterista que igualmente tiene leyenda propia dentro de la historia moderna del jazz: Steve Gadd. Ambos fueron protagonistas con semejante responsabilidad en la gestación de ese grupo pionero del jazz-rock, Return to Forever, y de obras señeras como The Leprechaun, My Spanish Heart, Three Quartets y Friends. Pero la historia de este coloso de los tambores se agiganta en primera persona al compartir aventuras creativas con otras glorias del género, caso de Al Jarreau, The Manhattan Transfer, Steps Ahead o Al Di Meola, por mencionar algunas, así como por realizar mediáticas incursiones junto a artistas de otros universos musicales, léase Eric Clapton, Paul Simon, Paul McCartney, Joe Cocker… Estamos pues ante dos referencias ineludibles del jazz contemporáneo, con varias expresiones jazzísticas en sus respectivos instrumentos, desde el clásico bebop hasta la llamada fusión.
Chick Corea se reencuentra con Steve Gadd esta temporada, aunque en realidad nunca se han abandonado. En estos años ambos han confesado su amistad fuera de los escenarios, compartiendo conciertos de tarde en tarde. Este año, sin embargo, ambos han ideado un repertorio afín para recorrer medio mundo, acompañados de temas constantes en los atriles de Corea (Spain, La fiesta, Windows…). En sus recitales resuena el eco de un jazz «setentero», pero activado con la actual personalidad heterogénea y poliédrica de cada uno de ellos, esto es, jazz por derecho aderezado de un montón de referencias estéticas, desde las rockeras a las clásicas, pasando por las folclóricas, en clave latina.
Estamos, pues, ante dos monumentos de toda la historia del jazz que, lejos de acomodarse, siguen buscándole la espalda a su inspiración. Y para lograrlo, qué mejor manera que rodearse de talento joven, el que sin ir más lejos ofrece un guitarrista cardinal de nuestros días, Lionel Loueke, asiduo en las formaciones de otros ilustres como Herbie Hancock. No le va a la zaga el saxofonista y flautista Steve Wilson, con soplo de contrastada personalidad, completando la reunión ese colchón rítmico que conforman el contrabajista Carlitos del Puerto y el percusionista Luisito Quintero.
La reunión de Corea y Gadd se produce a la sombra de esa prolongación discográfica que lleva por título, Chinese Butterfly, aunque tras los primeros acordes lo de menos serán las nomenclaturas, pues lanzada la inspiración hacia adelante todo puede pasar en un concierto de jazz y más cuando procede de dos de los más grandes pulmones jazzísticos que cuenta esta música desde hace décadas. Y también, cuando en esa inspiración habitan distintas sensibilidades creativas como es el caso en esta pareja de diez.
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